VIEJO, JULIA
El verano borbotea y Vera se refugia en su rumor. En el arrullo del río, en la algarabía de la vendimia, en la inquietud de los primeros besos sin sordina. Mientras garabatea me la suda en los papeles y busca por todas partes quien le explique qué pasará después de estos meses eternos, pasa el rato con un extraño hombre vestido de monja que se mueve en bicicleta, bebe de los charcos y se arroja desde las alturas.